El tiempo y sus pérdidas...

aging doctor who GIF by Feliks Tomasz Konczakowski


Necesito escribir…y no tengo claro sobre qué. Pero necesito escribir.

La sensación me ha sorprendido esta mañana esperando en la consulta del dentista. Tenía cita a las diez de la mañana. Era el primero. No había nadie más citado a esa hora. A las diez menos dos minutos entraba por la puerta de la consulta... para sentarme en la sala de espera. He visto entrar de la calle a la dentista (o la dentisto o la dentiste…o cómo se diga; lo último que pretendo es ofender a algún colectivo) a las diez y siete minutos. Mal empezamos. Tras hojear tres apasionantes, a cuál más, revistas, a las diez y veinticinco me hacían una radiografía y a las diez y media la dentista (o la dentisto o la dentiste…o como se diga) estaba ya conmigo. Mientras hurgaba en las entrañas de mi boca diciendo una y otra vez lo mal que estaba aquello he estado reflexionando sobre la media hora de mi vida que me habían hecho perder aquella mañana.

Si hay algo que todos los seres humanos poseemos en propiedad y que nos iguala a todos, ricos y pobres, altos y bajos, jóvenes y viejos, es el tiempo. Mi tiempo es mío y solo yo debo decidir en qué invertirlo (nótese que no he dicho gastarlo). Además no sé cuánto tengo. Solo sé del que ya he dispuesto, pero no sé cuánto tengo más, cuánto me queda. Es mi bien más preciado. Sin tiempo no puedo considerar tener otras cosas también muy importantes como puede ser el gozar de una buena salud, el amor de los míos o el sentirme a gusto conmigo mismo. Entonces, ¿con qué derecho esta mañana me han robado media hora de mi tan preciado bien, aunque éste solo haya sido uno de tantos ejemplos? ¿Por qué constantemente se empeñan en robarme mi tiempo y hacérmelo gastar (nótese que ahora no he dicho invertir) en menesteres que no quiero realizar?

Cada uno es libre de hacer con su vida (y por ende, con su tiempo) lo que le plazca…siempre y cuando no influya en la vida de los demás; o no influya al menos de un modo deliberadamente negativo. Si yo quiero invertir mi tiempo en dar un paseo sin hacer nada más que observar a la gente, escuchar el bucólico trinar de los pájaros o el insoportable ruido de los motores de los coches o destrozar maltarareando el soniquete de una “canción” veraniega que se me ha metido en la cabeza escuchando la radio, soy libre para hacerlo. Eso sí, si mi “perdida” de tiempo influye en otros, mi libertad se ha transformado en libertinaje. Según la RAE, libertinaje es el “desenfreno en las obras o en las palabras”. Si tú obras de una forma desenfrenada, es decir, que te entregas desordenadamente al vicio de perder tu tiempo y eso conlleva el hacérselo perder a otro, estas obrando de forma libertina. Y eso no puede permitirse.

El tiempo es un bien demasiado preciado para no usarlo de forma adecuada. Cuando eres joven parece que tienes todo el del mundo, aunque desgraciadamente no siempre es así. Cuando vas creciendo el concepto “todo el del mundo” va tomado dimensión a pasos agigantados y vas viendo que aún sin saber de cuánto dispones, sin duda ya posees mucho menos del que te gustaría tener. Vas viendo que las cosas pasan  muy deprisa y el único consuelo que te queda es poder mirar atrás y poder decir de forma satisfecha: “He vivido plenamente”. Y poder mirar adelante pensando: “Y lo que me quede lo pienso seguir viviendo plenamente”.

Por favor, no roben mi tiempo. Gracias.