La ceguera de la certidumbre


“Paradigma: Teoría cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar”

Hace mucho, mucho tiempo, en el año 1888, en un país por entonces lejano, muy lejano (ahora a pocas horas de avión), los EE.UU., a un loco visionario se le ocurrió cambiar las placas de cristal empleadas hasta el momento para la realización de fotografías por carretes de papel. Aquel hombre, de nombre George Eastman, rompió el paradigma establecido de ser la placa de cristal el único modo para poder inmortalizar el momento. Poco tiempo después, en otro alarde innovador (aunque seguramente la palabra innovación no estuviera ni inventada ni cerca de inventarse), lanzó el carrete de celuloide que terminó por emplear una protección que le permitía su extracción y colocación bajo la luz solar. Por cierto, George Eastman, fue el creador de Kodak. Como no queda demasiada información de lo ocurrido a partir de ese instante tan lejano, a mí se me ocurren varias preguntas. ¿Qué fue a partir de entonces de los habituales fotógrafos que tantas veces hemos visto en las películas del oeste cargando con su trípode? ¿Quién y cómo se encargó de incorporar al “resto de los mortales” a la moda de hacer fotografías? ¿Cuánto tardó en reaccionar la competencia, si es que reaccionó? ¿Cómo protegió George Eastman sus innovaciones; las patentó, si es que existían las patentes?

Muchos, muchos años después, el 19 de febrero de 2012, Kodak presentó su solicitud de protección de bancarrota ante los tribunales del Estado de Nueva York, a la vez que obtenía una línea de crédito de Citigroup por 950 millones de dólares por 18 meses para seguir funcionando. ¿Pero cómo es posible que el número uno mundial, la empresa que revolucionó el mundo de la fotografía, acabe en una situación de protección de bancarrota? La respuesta es sencilla. No supo ver el cambio de paradigma. Las películas tanto fotográficas como cinematográficas pasaron a la historia en muy poco tiempo desde la implantación del nuevo paradigma: la era digital. Seguro que algún alto directivo de Kodak pensó algo así como, “el hacer veinte fotos de la misma escena para luego elegir la mejor, nunca podrá reemplazar la experiencia de buscar la foto perfecta a la primera”. ¡Gran error! De todos modos no todos los pensamientos dentro de Kodak fueron en la línea del anterior, seguro, ya que Kodak vio venir el cambio de paradigma aunque no supiera reaccionar a tiempo. ¿Cómo no verlo venir si fueron ellos los que inventaron la cámara digital? De hecho, el crédito otorgado por Citigroup le daba el margen necesario para encontrar comprador a las 1.100 patentes digitales que poseía, clave del valor que le quedaba, y poder seguir pagando a sus trabajadores mientras rediseñaba su negocio. ¡Kodak estuvo a punto de morir cegada por su propia certidumbre!

La actual y rápida evolución del mundo que nos está tocando vivir nos obliga a estar en un proceso personal de reinvención. No podemos hacer como Kodak que vivió durante más de 100 años de los réditos del cambio de paradigma que realizó su fundador. Debemos estar en un continuo planteamiento y replanteamiento de cualquier paradigma que creamos establecido. Si no, otro lo hará por nosotros y nos pasará por encima. Debemos estar y enseñar a estar atentos, generando un entorno de mentalidades abiertas que piensen siempre en ir un poco más allá de lo obvio, rompiendo constantemente paradigmas para crear otros (temporalmente) nuevos.